Por regla general, equiparamos un cuerpo con un alma. La ecuación de un cuerpo que implique un alma es cierta, especialmente en las etapas superiores de la evolución. Sin embargo, las excepciones de esta regla general son también interesantes y dignas de tener en cuenta.
En los frecuentes casos de obsesiones tenemos un ejemplo del mismo cuerpo físico usado alternadamente por diferentes almas. Un espíritu o espíritus pueden a veces tomar posesión del cuerpo denso de un alma encarnada y tratar de usarlo para obtener experiencias del mundo denso. Cuando esto sucede demasiado a menudo, la ecuación general de un cuerpo y un alma se altera gravemente. En este caso tenemos un solo cuerpo denso pero muchas almas que lo están usando sucesiva o alternadamente.
Así como un cuerpo puede unirse con muchas almas, de igual manera un alma puede unirse con muchos cuerpos. Esto puede ocurrir en las primeras etapas de la evolución. Hay almas grupales. Cada alma grupal se une con innumerables formas densas, como en el caso de las hojas de hierba. Cuando el alma grupal está más adelantada en cuanto a consciencia, entonces puede conectarse con una forma, en lugar de hacerlo con numerosas formas. Las almas grupales son una excepción a la ecuación cuerpo-alma.
Pero si las almas encuadran en esta ecuación o quedan fuera de ella, su carácter externo se debe a una separatividad imaginaria. Incluso un alma grupal es externa para otra alma grupal en las esferas internas, y es tan ilusoria como cualquier otra alma separativa. En verdad, sólo hay un alma cósmica que acumula experiencia mediante toda forma diferente, pareciendo que unas veces se separa en almas grupales, y otras veces en almas que encuadran en la ecuación cuerpo-alma. Las almas grupales implican la relación de un alma y muchos cuerpos, que es lo opuesto de la relación de muchas almas y un solo cuerpo, que encontramos en los casos de obsesión y posesión.
Sin embargo, casos en los que se supone que la relación es de muchas almas con un solo cuerpo resultan ser casos de esquizofrenia. No son excepciones de la ecuación de un cuerpo y un alma. En la esquizofrenia, un nexo disociado de la psiquis de la misma alma toma posesión de su cuerpo y procura expresarse de manera separada y exclusiva. No es otra alma o espíritu sino otro grupo de impresiones (sanskaras) de la misma alma o espíritu. En la esquizofrenia, cada nexo homogéneo de la psiquis toma posesión del cuerpo durante un tiempo, para dar lugar a otros nexos de esta encarnación o de encarnaciones anteriores. Estos otros nexos son cualitativamente diferentes e incapaces de adaptarse al primer nexo, y entonces procuran una expresión alternada en lugar de una adaptación simultánea.
En el campo de la literatura, un ejemplo famoso de doble personalidad es el del doctor Jekyll y Mister Hyde. Éste es un ejemplo de dos partes de la mente que dominan un cuerpo, y no de dos almas que se unen con él. Sin embargo, lo cierto es que, en algunos casos, dos o más almas pueden usar el mismo cuerpo. Cuando sucede esto, por lo general existe una alternancia entre sus regímenes. El uso simultáneo del mismo cuerpo por diferentes almas constituye una excepción especial, en la que las diferentes almas correspondientes tienen que estar en perfecta armonía unas con otras. La armonía entre las almas tiene que ser tan completa que una misma acción o experiencia corporal satisfaga por igual las necesidades de todas las almas correspondientes.
Algunos discípulos avanzados están en tan completa armonía con el maestro que éste, si así lo quiere, a veces puede ‘adumbrar’ * la mente egoica y el cuerpo del discípulo, sin suplantar su alma. Este ‘adumbramiento’ puede tener lugar para cumplir los más vastos planes del maestro. En lugar de reemplazar o aniquilar la individualidad del discípulo, implementa y amplía su individualidad. En este caso el discípulo y su maestro se hallan tan fusionados uno con otro que ambos quedan igualmente satisfechos con cuanto logre el discípulo por medio de su existencia corporal.
Puesto que la ecuación de un cuerpo y un alma puede tener tantas excepciones, se complica la cuestión de determinar el número de almas que existen. Hay otro aspecto de esta cuestión que hace que sea incomprensible cualquier necesidad de enumerarlas. El número de almas es infinito desde este punto de vista. Hay un alma infinita e indivisible que, por la ilusión, aparece como muchas almas separadas. Así como el alma realmente única es infinita
Cuando decimos que el número de almas que existen en el universo sigue siendo infinito, esto no significa que sea constante. Sigue siendo el mismo en el sentido de que es infinito, no en el sentido de que esté vedada la creación de almas nuevas.
El número de almas humanamente conscientes no ha de estimarse ni alcanzarse mediante un censo de cuerpos humanos vivientes que habitan el mundo denso en un momento dado. Siempre hay muchas almas humanamente conscientes que acaban de fallecer o están esperando para nacer. Por supuesto, el número de almas que se libraron de la ronda de nacimientos y muertes es muy limitado en comparación con el gran número de las que están atrapadas en esa ronda.
Los maestros representantes de la voluntad divina son los que gobiernan todo asunto relacionado con qué grupos de almas encarnarán en un período o ciclo específico, y de qué manera serán adecuadas para permitirles la dimensión de su evolución. En este contexto es apropiado el ejemplo de los turnos de trabajo diurno y nocturno en las fábricas. Indica los muchos modos con que pueden efectuarse complejas adaptaciones para que todos y cada uno evolucionen. Hasta las excepciones de la ecuación de un cuerpo y un alma son sólo adaptaciones parciales que en última instancia sirven a la voluntad divina.