Estos Discursos fueron dados durante los dos o tres últimos años a sus discípulos, por alguien que no necesita presentación porque es el Ser de cada ser y tiene su morada en todos los corazones; pero ya que hemos olvidado esto, él se ha presentado de nuevo a los hombres como el Antiguo, que es antes de que todas las cosas sean y será después de que todas las cosas hayan dejado de existir.
En épocas pasadas, fue conocido como Jesús el Cristo y Gautama el Buda y Krishna el Amante y Rama el Rey. Esta vez se llama Meher Baba. Luego, una vez que haya abandonado su cuerpo mortal, los hombres probablemente añadirán ‘El que Despierta’ después de su nombre, ya que él ha dicho “no he venido a enseñar, sino a despertar”.
Meher Baba afirma que es Dios, la Verdad Absoluta, y dice haber tomado forma sólo a causa de su compasión por la humanidad que sufre. El sufrimiento del hombre es inmenso. A pesar de los programas de propaganda que dicen ‘las cosas nunca han estado mejor’, el sufrimiento del hombre es tan grande que ha ideado los medios de auto-aniquilación para extinguirse a sí mismo y a su semilla completamente. La pregunta que ahora ocupa las mentes de todos los hombres pensantes es cómo podrá ser evitada esta destrucción, ya que el poder de llevarla a cabo está en manos de hombres no dotados moralmente para custodiar tal poder.
Esta forma de pensar no se encuentra en vertientes claras, sino más bien en las contra-corrientes de un mar agitado en busca de un cauce que fluya hacia Algo que pueda garantizar la continuidad de la existencia. Para los creyentes religiosos, este Algo tiende a tomar la forma de Alguien, el Salvador del mundo prometido por todas las religiones.
Meher Baba dice ser este Algo o Alguien: “Yo soy Aquel a quien tantos buscan y tan pocos encuentran”.
Naturalmente, muchos no aceptarán esta afirmación. De hecho, mientras todos los hombres rezan para que Alguien o Algo salve al mundo, ¡algunos rezarán para que este Hombre sea salvado del gigantesco fraude de creerse Dios!
Pero la Verdad nunca ha esperado a que nosotros la aceptemos, sino que, así como el Viento se mece por donde le place, así Ella se proclama a Sí misma según su propia dulce voluntad y capricho. Es tan natural para el Dios-Hombre afirmar “Soy Dios”, como para nosotros afirmar “soy hombre”. Y sería tan ridículo para el Dios-Hombre decir, “no Soy Dios”, como sería para nosotros decir, “no soy hombre”. Nuestra ignorancia de las Verdades divinas es colosal y nuestras ideas acerca de Dios son muy elementales.
Requiere de cierto valor aceptar a Dios como Dios-Hombre, ya que la aceptación significa la entrega de la vida del ego individual. Sin embargo, dado que nuestras preciadas vidas no se encuentran más en nuestras manos, sino en las del primero que dé la orden de apretar botones, ¡la entrega no es tan difícil!
Más valientes aún que quienes se entregan al Dios-Hombre, parecerían ser quienes, esperando un Algo o Alguien, permanecen fieles a su expectativa al negar el hecho del Advenimiento del Dios-Hombre porque no pueden probar que no es lo que él proclama ser.
Y tal vez más audaces, son aquellos que continúan persiguiendo las luces falsas del progreso material de occidente, mientras la bella y silenciosa Persona de Dios ya ha encendido el cielo oriental con el Amanecer de una Nueva Humanidad. Ahora el Sol de su Palabra se extenderá por el mundo, y su Gloria será manifestada a todos.
Entretanto, los Discursos en este libro –dictados en silencio por Meher Baba mediante gestos manuales– podrían considerarse como indicios de la Única Palabra de Verdad que él pronunciará cuando rompa su Silencio y manifieste su Divinidad a los hombres. El Todo y la Nada constituye una preparación de la mente y el corazón para recibir esa Única Palabra de Verdad cuando él la pronuncie.
Entre el puñado de libros escritos por Meher Baba, se encuentra esta pequeña joya. Aunque sólo consta de 136 páginas de texto, El Todo y la Nada contiene un espectro tan amplio que puede mantenerle a uno el corazón y la mente ocupados por muchas horas.
El Todo y la Nada está repleto de ideas frescas. Posee gran dulzura, inspiración y lírica; todo asentado en la claridad del conocimiento verdadero.
Recopilado a partir de mensajes dados por Meher Baba a finales de los ‘50 y principios de los ‘60, El Todo y la Nada es la mejor fuente singular de la sabiduría expresada por Meher Baba en sus últimos años.