Si puedes amarme, amas a Dios. Tu amor hará que Me conozcas. Si puedes hacer felices a otros a través de tu amor sin buscar tu propia felicidad, podrás liberarte de las ataduras. Puedes entonces encontrarme como realmente soy. Tan pronto como obtengas esa Experiencia te sentirás liberado y experimentarás Dicha infinita.
La Gracia de Dios hace que Me ames. Mi Gracia te hace Uno Conmigo. Si un sinnúmero de calamidades te sucediera y aún así mantienes tu rostro sonriente, podrías volverte como el polvo, porque sólo puedes volverte como el polvo si posees la clase más alta de amor por Mí.
Para amar a Dios como Él debería ser amado, debes vivir por Dios y morir por Dios, sabiendo que la meta de toda vida es amar a Dios, y encontrarlo a Él como tu propio Yo.