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Buda - Buda hace hincapié en el aspecto impersonal de Dios

Advenimientos Avatáricos

Buda

Parte 4

Buda hace hincapié en el aspecto impersonal de Dios

Los Avatares hacen hincapié en los diferentes aspectos de la verdad espiritual central: Amen a Dios; empéñense en unirse con Dios. Buda recalcó los aspectos impersonales de las aspiraciones espirituales porque, en esa época y en ese lugar, la gente necesitaba que le recalcara esto.

Poco antes de morir, Buda aconsejó a sus discípulos que se aferraran al Dhamma, o sea, al sendero espiritual que él había pasado su vida iluminando. Aconsejó que sus seguidores debían encontrar el Dhamma por sí mismos a la luz de sus enseñanzas.62 En este caso, el concepto de “Dhamma” significa fusión de las leyes espirituales del universo, el sendero hacia la Inmortalidad, y las enseñanzas de Buda.

La época y la cultura en la que Buda vivió exigía hacer hincapié en los aspectos impersonales de la espiritualidad. Quizás la gente con inclinación espiritual estaba demasiado obsesionada con los aspectos personalizados de Dios. Quizás había una tendencia a rendir un culto heroico hacia los varios gurúes, o a meditar sólo en personalidades. Tal vez las personas estaban deseosas de conformarse con objetivos espirituales que resultaban insuficientes para alcanzar la meta final, o sea, una especie de asfixiante autosatisfacción que inhibía el verdadero desarrollo espiritual.   

A diferencia de Buda, Baba hace hincapié en que lo amen personalmente como el Avatar. Por esta razón se aseguró de que una gran cantidad de información sobre su vida, su personalidad y su imagen estuviera a disposición de la gente para guiarla durante los próximos setecientos años. En una ocasión comentó esto a sus amantes de Occidente: “¡Aprendan a leerme, pues cuando ustedes me comprendan, comprenderán todo!”63 En Myrtle Beach, Baba resumió de la siguiente manera todo el sendero espiritual: “Quiero amor, y nada más. Ámenme, y dejen que Dios nos ame. Eso es lo que quiero. Cuando ustedes amen a Baba, Dios los amará, y amar a Dios significa todo.”64

Baba se refirió a lo mismo, en un sentido levemente diferente, al dirigirse a sus amantes de India: “Pero si ustedes quieren realmente a Dios, si están en busca de Dios, la única solución es que se aferren a mi daaman. ¡No hay otra manera!”65 Con la palabra “daaman” Baba se refería al dobladillo del faldón de la camisa. Explicó que un niño se cuelga del dobladillo de la falda de su madre cuando ésta recorre la ciudad haciendo los mandados; es importante que el chico se cuelgue de la falda de ella para no extraviarse. De paso, Baba solía vestir una prenda llamada “sadra”, que parece una camisa talar, con un “dobladillo” muy parecido a una camisa. No está de más insistir en esta cuestión: Amarlo, aferrarse a él; estar cerca de él; y obedecerle. En este advenimiento, Baba se concentra en el Dios personal, en el Avatar mismo. “En suma, es de máximo provecho para todos aferrarse al daaman del Avatar. Incluso aunque pierdan todo, aférrense al daaman. ¡Yo soy el Avatar de esta Era!”66

Vuelve a entrar en juego el humor del Avatar. Seguramente Meher Baba nos guiña un ojo cuando dice: “Aférrense a mi daaman”. Igual que Buda, Meher Baba les dijo a sus seguidores: “Aférrense al dhamma”. Y como Krishna y Rama, aconsejó a la gente que cumpliera su “dharma”, su deber espiritual. El humor consiste en el hecho de que estos Avatares son la misma persona, modificando levemente su mensaje de un advenimiento a otro. Parado cerca de una estatua de Buda, en las cuevas de Ellora, en India, Baba recalcó esta cuestión: “Yo soy Buda.”67 Baba no dijo “Yo era Buda.”.

Los Avatares se alternan recalcando los aspectos personales e impersonales de las aspiraciones espirituales. Mahoma negó ser el Avatar, y a sus seguidores les señaló a Allah, Dios en el estado de Más Allá; Jesús admitió que era el Avatar y alentó a sus seguidores a que lo amaran personalmente. Meher Baba dijo: “Si ustedes sienten por mí el amor que San Francisco sintió por Jesús, entonces no sólo me Realizarán sino que también me complacerán.”68

A la mayoría le resulta más fácil y natural amar a una persona que amar algo conceptual o abstracto, aunque tal vez crea que lo abstracto es divino. Por otra parte, muchos de los que creen en Dios son incapaces de aceptar que Dios pudiera convertirse en hombre. De manera que, en diferentes religiones, tenemos variadas maneras de acercarse a Dios porque son diferentes las necesidades espirituales de la gente.

El Avatar no aclaró, antes de esta venida, la diferencia entre adorar al Dios impersonal y al Dios personal. Baba efectuó numerosos comentarios sobre este tema, e incluso el siguiente:

Si alguien me preguntara quien es el más grande, el Dios Personal o el Dios Impersonal, Tukaram [un Maestro Perfecto] o Bhagwan, Zoroastro o Ahuramazda, Jesús o Dios Padre, yo contestaría categóricamente que Tukaram, Zoroastro y Jesús son más grandes. De hecho, son los Máximos entre los Grandes porque, siendo un Sadguru o el Avatar, prestan al universo un servicio infinito y sufren infinitamente cargando con el peso de la infinita cantidad de sanskaras del mundo. Indudablemente, una persona con conciencia divina como Tukaram o Zoroastro, si se la compara con el Bhagwan inconsciente o con Ahuramazda (Dios sin forma), ¡es definitivamente más grande!

Zoroastro fue realmente Dios en forma humana: un Avatar. A fin de trabajar en la Creación, Zoroastro tuvo que descender como hombre en medio de una humanidad fanática e irascible. Si Zoroastro le hubiera dicho a esa humanidad que tenía que adorarlo, lo habrían denunciado, acosado y asesinado. Lo habrían considerado tremendamente ególatra y totalmente loco. Entonces Zoroastro les enseñó a orar al Dios sin forma. Pero en realidad, adorando al Dios sin forma, la humanidad estaba adorándolo a Zoroastro y, por consiguiente se impuso el criterio de que Ahuramazda era más grande que Zoroastro, lo cual estaba equivocado.69

El Avatar es Dios sin forma y Dios en forma humana.¡Cuán lógico por lo tanto sería que el Avatar (o un Maestro Perfecto) fuera más grande que el Dios sin forma! Antes de que el Avatar aclarara estas verdades, la humanidad en general no las conocía. Bhau Kalchuri recalca esto: “Solamente el Avatar o un Sadguru, que piensa infinitamente en el Ser y ha Realizado al Alma como Una, puede hacer que los demás Realicen al Alma.”70

Los seguidores de Buda, empeñados en liberarse tras la muerte de éste, no pudieron haber hallado la liberación sin que interviniera un Maestro Perfecto. De hecho, Buda no “logró” la liberación ejercitando su fuerza de voluntad; en cambio, en su carácter de Avatar fue develado por los Maestros Perfectos. En algunos casos, si no hay Maestros Perfectos en la zona en la que un alma está preparada para Realizar a Dios, es Dios quien dispone encargarse de esa alma, corporizado como Khizr: “De vez en cuando Khwaja Khizr ocupa un cuerpo físico si existe alguna situación espiritual que categóricamente lo exija. La Realización de Francisco (de Asís) fue un caso de esos porque Francisco carecía de un Maestro Perfecto que le diera la Realización. Entonces, fue la noche sobre la cual leímos, en Monte de La Verna (o Alverna), cerca de Asís, cuando San Francisco recibió también los estigmas [las heridas del Cristo Crucificado], y Khwaja Khizr, en su forma humana temporal, le dio a este amado santo occidental el toque de gracia que lo convirtió en un Alma Perfecta: un Qutub o Maestro Perfecto.”71

El pragmatismo de Buda

Buda fue un médico espiritual que se dedicó a aliviar el sufrimiento de sus “pacientes”. Como cualquier médico se preocupó no por la teoría sino por lo que funciona. Su enseñanza fue eminentemente práctica, interesándose siempre en cómo vivir la vida espiritual y raras veces por explicar por qué el universo es como es para satisfacer una mera curiosidad intelectual.

En una ocasión un grupo de mendigos siguió presionando a Buda para que fuera más allá de sus discursos sobre las causas del sufrimiento humano y su cese. La réplica de Buda consistió en recoger un puñado de hojas y preguntar a quienes le pedían eso si había más hojas en su mano o en los árboles de las cercanías. Por supuesto, ellos contestaron que los árboles de las cercanías tenían más hojas. Entonces Buda procedió a explicarles que él sólo hacía más hincapié en las hojas que tenía en su mano que en las hojas que había en los árboles porque eran las hojas útiles para la humanidad.72 Después reanudó su explicación resaltando las Cuatro Nobles Verdades y el Sendero Óctuple.

En una ocasión se acercó un hombre preocupado porque Buda enseñaba sólo la doctrina de la “inacción” en vez de enseñar la doctrina de la “acción”. Buda le contestó que él enseñaba la inacción y la acción. Cuando el hombre preguntó cómo podía ser eso así, Buda le explicó que él enseñaba la inacción con respecto a la mala conducta mediante actos, pensamientos y acciones, y la acción con respecto a las buenas acciones, las buenas palabras y los buenos pensamientos.73

Un monje insistió en formular preguntas filosóficas y exigió a Buda que las respondiera. Buda replicó usando la analogía de un médico y un paciente. Buda dijo que, cuando un enfermo visita un médico, éste sólo le pregunta por sus síntomas y por cómo empezó la enfermedad, y hace una prognosis. En suma, el médico quiere diagnosticar la enfermedad y prescribir un modo de curarla; el médico no se pone a discutir complicadamente con el paciente sobre la historia clínica de la enfermedad, las actuales tendencias de la medicina, las experiencias de otros pacientes, etc. Estas investigaciones académicas no curarán la enfermedad y harán sanar la lesión, y el paciente podría morir mientras prosiguen estas discusiones tangenciales. Buda se concentra en sanar las afecciones espirituales de la humanidad, sin entablar juegos intelectuales.

Es probable que algunos consideren que Baba no tenía la aptitud pragmática de Buda porque Baba dio numerosas explicaciones de carácter intelectual sobre la mecánica del universo y del sendero espiritual. Considerando esto más detenidamente, todo lo que Baba dio tenía un propósito práctico. La cultura en la que Buda enseñaba estaba inmersa en la tradición oral. En la época actual hay en el mundo entero más bibliografía y, en conjunto, un nivel educativo superior al existente en cualquier otra época. La Nueva Humanidad necesita una hoja de ruta, una comprensión intelectual de los principios espirituales para vivir la vida espiritual, no una mera charla trivial acerca de ello. “Ninguno de los grandes Maestros ha dado en el pasado explicaciones como yo se las he dado… Lo que yo doy es la explicación del Conocimiento que está más allá del alcance del intelecto corriente para poder captarlo y comprenderlo. Aunque estas explicaciones son meras sombras del Conocimiento Real, están más allá de lo que la mente puede seguir.”75

Los seguidores del Avatar reciben sus enseñanzas en muchos niveles. Para casi todos los seguidores, fieles a la religión establecida después de su muerte, las enseñanzas se convierten en normas, rituales, ceremonias y prácticas ortodoxas. Para unos pocos, las enseñanzas del Avatar son siempre místicas, o sea, guían en el camino hacia la unión con Dios. Sin embargo, el misticismo no tiene buena fama, especialmente en Occidente: allí se ha convertido en sinónimo de escapismo, irracionalidad e irresponsabilidad. Tal como Baba lo aclaró, la mística (no el misticismo) es el significado de la existencia. “La verdadera mística nada tiene de irracional cuando es, y debería ser, una visión de la Realidad. Es una forma de percepción que es categóricamente diáfana, y es tan práctica que se la puede vivir en cada instante de la vida, expresándola en los deberes cotidianos. Su conexión con la experiencia es tan profunda que, en un sentido, constituye la comprensión final de toda experiencia.”76

A la vida no se la puede compartimentar en un conjunto de actividades que son “espirituales” y otro conjunto que son “materiales”. Dios está en todas las cosas y en todos los seres, y cada detalle de la vida tiene su propia dignidad espiritual. “La esencia de la espiritualidad no consiste en un interés especializado o estrecho en una parte imaginada de la vida sino en una actitud iluminada hacia todas las variadas situaciones a las que se tiene acceso en la vida. La espiritualidad abarca e incluye la vida entera.”77

Los valores asignados a las actividades de la vida desde una perspectiva material no son los que corresponden a la perspectiva de Dios. “Aunque en la vida espiritual, incluso las pequeñas cosas importan tanto como las grandes, los convencionalismos del mundo habitualmente no logran reconocer esta sencilla verdad.”78

Baba, igual que Buda, es eminentemente pragmático. Él nos dice que, si el aspirante espiritual “escapa del mundo, eso no le ayuda. Tendrá que volver otra vez al mundo para desarrollar aquella cualidad que le permitiría encarar y aceptar al mundo como éste es. Muy a menudo su sendero está a lo largo del mundo al que tiene que servir, a pesar de que le desagrade su modo de ser.”79 En la vida espiritual, “la buena práctica es mucho más importante que la buena teoría.”80

Como lo dijo Baba con respecto a cómo instruyó a sus primeros seguidores occidentales: “He llamado a India a hombres y mujeres occidentales para que vean y compartan mi trabajo. Han de ser instruidos en la espiritualidad hecha práctica y, aunque eso no será para ellos una corona de espinas, tampoco será un lecho de rosas.”81

62. Footprints of Gautama the Buddha, 196.

63. Lord Meher
, 1695.

64. Lord Meher
, 3796.

65. Lord Meher
, 4834.

66. Meher Baba como se lo cita en Lord Meher, 6018.

67. Bal Natu, The Samadhi (Myrtle Beach, Carolina del Sur: Sheriar Press, 1997), 32.

68. Discourses, 405.

69. Lord Meher
, 802.

70. The Nothing and The Everything
, 204.

71. Meher Baba como se lo cita en Lord Meher, 5011.

72. Footsteps of Gautama the Buddha
, 76.

73. Ibidem, 112 - 113.

74. Saddhatissa, Before He Was Buddha, 106-107.

75. Meher Baba como se lo cita en Lord Meher, 834-835.

76. Discourses
, 5 - 6.

77. Ibidem, 85.

78. Ibidem, 361.

79. Ibidem, 356.

80. Ibidem, 262.

81. Lord Meher
, 2046.