Aunque sabemos exactamente cómo lucía Baba, no podemos ser concluyentes acerca del aspecto físico de los otros Avatares. Baba ha comentado que los otros Avatares tienen Su mismo rostro y cabello.34 Las multitudes se sienten inevitablemente atraídas hacia ellos, puesto que por naturaleza, los Avatares tienen personalidades extraordinariamente carismáticas. El Avatar también sufre físicamente. Por ejemplo, Meher Baba tenía una fístula35 en Su mejilla y sufrió heridas en ambas piernas y en otras partes de Su cuerpo en dos accidentes automovilísticos. Jesús rengueaba; la pierna de Rama resultó herida en una batalla; y Krishna murió de heridas en Su pierna.36
El Avatar tiene una resistencia y una energía inconmensurables. El leer sobre la vida de Baba nos deja sin aliento por Su capacidad para la actividad física, que incluía prolongados ayunos, travesías, trabajos con grupos e individuos, y lapsos de reclusión. Los otros Avatares tenían la misma energía ilimitada.
Algunas personas creen que el Avatar es una especie de superhombre que no siente hambre, dolor, frío ni calor, ni reacciona físicamente de manera común y corriente. Todo lo contrario: el Avatar siente todo extremadamente, pero soporta toda molestia y sufrimiento de carácter físico con una alegría y una paciencia incomparables. Por ejemplo, en Su primera visita a Inglaterra, los seguidores de Baba dieron por sentado que no lo afectaba el frío, pero Él soportó alegremente el frío de Inglaterra con ropa de verano adecuada para la India. De manera parecida, Él sufrió terribles dolores en sus dos accidentes automovilísticos pero conservó Su sentido del humor y pensó abnegadamente en el bienestar de quienes le rodeaban.
Es muy preciso el proceso por el que los discípulos son atraídos hacia el Avatar. Baba explica que hay “círculos” de discípulos o seguidores que nacen para ofrendar sus vidas sirviendo al Avatar. Hay diez de estos círculos de doce discípulos cada uno, a los que se suman dos más que son ocupados por mujeres en el primer círculo, haciendo que el primer círculo sea de catorce en total. Puesto que los integrantes del primer círculo logran Realizar a Dios durante la vida del Avatar o durante el lapso que precede a Su próxima venida, los puestos del primer círculo quedan, por así decirlo, al alcance de los individuos del círculo contiguo. Este proceso es algo parecido a una escuela, en la que la nueva clase de los mayores ocupa los puestos de los que “se recibieron”, los “de primaria” que ingresan ocupan el lugar que dejan los que “pasaron de grado”, y así sucesivamente. Tal como Baba lo aclara:
En el caso del Avatar, es diferente [de los círculos de un Maestro Perfecto]. Él [el Avatar] tiene diez círculos en total. El círculo primero o interno del Avatar consiste en doce hombres con la adición de dos mujeres, y cada uno de los nueve círculos externos siguientes consiste en doce personas, tanto hombres como mujeres. En total hay ciento veinte personas en los diez círculos del Avatar, más las dos mujeres del círculo interno, que son tan sólo la extensión de ese círculo especial: ciento veintidós en total.
Uno o más de los ciento ocho integrantes de los nueve círculos externos realizan el Estado de Dios durante o después de la vida del Avatar y algunos en la próxima encarnación, o después de unas pocas encarnaciones más.
Como en el caso del círculo de los Maestros Perfectos, el círculo interno del Avatar consiste en solamente doce hombres, con la adición de dos mujeres. La diferencia entre el círculo del Maestro Perfecto y el círculo interno del Avatar es que el Maestro Perfecto establece su círculo entre aquellos que estaban estrechamente conectados con él desde las etapas evolutivas de su consciencia; pero el Avatar que, en sus recurrentes advenimientos, no pasa por el proceso de evolución, reencarnación, ni involución, no tiene por lo tanto los mismos nexos asociativos con cada venida. En resumen, mientras que el Maestro Perfecto establece su círculo, el Avatar está directamente aliado con el círculo interno, el cual es siempre el mismo [en sus lugares o posiciones] en todas sus venidas. Con su descenso a la Tierra, el Avatar, por así decirlo, trae consigo la asociación [o el puesto de los roles] de su círculo interno.
A la conexión del círculo interno en relación con el Avatar se la puede comparar con la de un hombre que se asocia directamente con las catorce partes de su propio cuerpo –dos ojos, dos oídos, dos fosas nasales, una boca, dos manos, dos piernas y el tronco del cuerpo propiamente dicho, más los genitales externos y el ano que actúan como el apéndice del cuerpo en su conjunto. Ni bien un hombre nace, usa directamente estas catorce partes de su cuerpo, y estas partes, a su vez, responden individual y colectivamente a los dictados de este hombre.
De manera parecida, con la venida del Avatar a la Tierra, su círculo interno de los mismos doce individuos y del apéndice de las mismas dos individualidades empieza directamente a funcionar, de manera individual y colectiva, de acuerdo con los dictados del Avatar mismo.
Con cada venida del Avatar a la Tierra, los doce hombres del círculo interno y su apéndice de las dos mujeres se reúnen alrededor de la personalidad del Avatar, como los mismísimos catorce tipos de individualidades, quienes en forma de diferentes personalidades, se ocupan siempre de sus respectivas funciones cuando el Avatar se manifiesta en la Tierra. Y, durante y después del período de existencia del Avatar, ellos funcionan individual y colectivamente del mismo modo que sus predecesores, quienes habían tenido y funcionado en los mismos roles del círculo interno durante las pasadas venidas del Avatar.
Por lo tanto, no estaría mal decir que, con la venida del Cristo, vienen otra vez Pedro, Judas y todos sus apóstoles. Pero esto nunca puede significar que el mismísimo Pedro, o el mismísimo Judas, reencarnen una y otra vez. Éstos nunca pueden encarnar porque la totalidad de las doce personalidades individuales del círculo interno del Avatar alcanzan la Realización de Dios en cada Período Avatárico, durante o inmediatamente después del lapso de vida del Avatar. La reencarnación es imposible una vez que se alcanza la Realización de Dios. La única excepción de esta regla es el Avatar propiamente dicho, quien viene una y otra vez para redimir a la Humanidad.
Las que encarnan no son las mismas personalidades individualizadas del círculo interno sino que las que vienen, con cada venida del Avatar, son las individualidades de sus particulares funciones. Esto se debe a que, en todas las venidas del Avatar, cada uno de los doce hombres y de las dos mujeres del círculo interno tienen exactamente el mismo puesto y la misma función exactamente de la misma manera; he aquí por qué se dice que el Avatar trae siempre consigo el mismo círculo.
Tan pronto el velo [Vidnyani], con el que el Avatar desciende a la Tierra, es rasgado por el Maestro Perfecto o por los Maestros Perfectos vivos en ese momento, y el Avatar realiza su Estado Avatárico, los doce hombres y las dos mujeres se agrupan automáticamente alrededor de la personalidad del Avatar para ocupar su respectiva posición en el círculo interno, y para funcionar, como de costumbre, de acuerdo con los dictados del Avatar de la era.
La posición del Avatar en relación con el círculo interno y su función puede compararse con un hombre dormido. Tan pronto como se provoca el despertar del hombre mediante algún agente externo, y ni bien está despierto, entonces él encuentra espontáneamente que todas las catorce partes de su cuerpo, como se las mencionó precedentemente, ya están allí en sus respectivos roles, listas para funcionar ante el más leve deseo del hombre. De manera parecida, tan pronto al Avatar se le hace realizar su Estado Avatárico por medio de uno o más de los cinco Maestros Perfectos de la época, él también hace realidad que las catorce personalidades, en sus roles característicos del círculo interno, estén listas y disponibles para cumplir sus deberes.
Se necesitaría todo un libro de pormenorizadas explicaciones sobre por qué estas catorce personalidades especiales ocupan estas posiciones en cada venida del Avatar. ¿Quiénes pueden llegar a ser los catorce miembros, y cómo se vuelven parte del círculo interno del Avatar? Estas preguntas requerirían más libros de explicaciones.
Es suficiente decir que cada una de estas catorce personalidades especiales, cuando desempeñan el puesto y la función del círculo interno, no sólo deben parecerse a la individualidad característica de su predecesor en los anteriores advenimientos del Avatar sino que también deben ser exactamente similares en todo sentido. Por ejemplo, uno de los roles del círculo interno de Jesucristo fue desempeñado por Pedro. En la segunda venida del Cristo, este puesto especial deberá ser desempeñado por otro Pedro, quien puede llamarse “A”, pero teniendo la misma cualidad en cuanto a mente, corazón y demás características como las del Pedro. Lo mismo se aplica al rol desempeñado por Judas, Juan, Santiago, etc., del círculo interno en la época del Cristo.
Todos los catorce integrantes del círculo interno del Avatar realizan a Dios mediante la gracia del Avatar durante el mismo Período Avatárico, el cual es de cien años de duración después de la manifestación del Avatar sobre la Tierra. En relación con los círculos externos del Avatar, ninguna de las ciento ocho personas de los nueve círculos desempeña un rol similar al que desempeñan los del círculo interno, y todas estas ciento ocho personas alcanzan la Realización de Dios mediante la gracia del Avatar pero no necesariamente durante el Período Avatárico.
Estas ciento ocho personas de los círculos externos tienen sus respectivos lugares en los nueve círculos de acuerdo con sus pasadas conexiones con los integrantes del círculo que está delante de ellos. Por ejemplo, los integrantes del segundo círculo de las doce personas, el siguiente al círculo interno, se agrupan alrededor del Avatar de acuerdo con su pasada conexión con los integrantes del círculo interno. De manera parecida, las doce personas del tercer círculo, se agrupan alrededor del Avatar de acuerdo con sus pasadas conexiones con los integrantes del segundo círculo, y así sucesivamente con todos los siete círculos restantes.
El número de hombres y mujeres en cada círculo es el siguiente:
Primer Círculo Interno: consiste en doce hombres y dos mujeres.
Segundo Círculo Externo: consiste en ocho hombres y cuatro mujeres.
Tercer Círculo Externo: consiste en cuatro hombres y ocho mujeres.
Cuarto Círculo Externo: consiste en ocho hombres y cuatro mujeres.
Quinto Círculo Externo: consiste en cuatro hombres y ocho mujeres.
Sexto Círculo Externo: consiste en ocho hombres y cuatro mujeres.
Séptimo Círculo Externo: consiste en seis hombres y seis mujeres.
Octavo Círculo Externo: consiste en ocho hombres y cuatro mujeres.
Noveno Círculo Externo: consiste en ocho hombres y cuatro mujeres.
Décimo Círculo Externo: consiste en diez hombres y dos mujeres.37
El círculo más interno sirve para dos funciones clave. Los integrantes del círculo interno atienden las necesidades personales del Avatar y también le asisten en su trabajo en beneficio del mundo. Al servir al Avatar, los integrantes del círculo interno también se sirven a sí mismos porque, por la gracia del Avatar, realizan la unión con Dios. Como Meher Baba lo explica, nadie puede alcanzar el objetivo de la vida meramente mediante fuerza de voluntad o “buenas obras”. Solamente un Maestro Perfecto o el Avatar pueden conferir la Realización de Dios.
La descripción que Baba da sobre los círculos del Avatar muestra cuán minuciosamente coreografiado es el trabajo que el Avatar efectúa en Su vida. Aunque los 122 hombres y mujeres desempeñan papeles clave en los diez círculos y son seguramente las almas más cercanas al Avatar, sería un error que alguien se desespere porque él o ella no se encuentren entre las 122 almas más cercanas al Avatar. El Avatar viene para todos, y el desafío de acercarse más a Dios es, para cada alma, una aventura de tiempo completo. La vida es rica en todo sentido en cualquier lugar que uno esté, y vivir conforme a las normas del Avatar exige cada gramo de fuerza espiritual de la persona.
El Avatar es la encarnación de la vida, la alegría, el humor, el amor y la felicidad. La acartonada imagen de Jesús que ha surgido de la historia es, por ejemplo, la antítesis del Avatar. En relación con las actividades internas del Avatar, Meher Baba comentó que “solamente Dios y los que están con Dios pueden saberlas y comprenderlas”.38 En cuanto a Sus actividades externas, Baba proporcionó el siguiente resumen:
Disfruto los juegos, principalmente el cricket, jugar a la bolita, remontar barriletes y también escuchar música, aunque puedo hacerlo solamente en raras ocasiones. Desde tiempo inmemorial he estado jugando con el universo de Maya y aún persiste este placer de jugar. A veces veo películas (principalmente graciosas) y disfruto mi verdadero estado de ser el eterno Productor de la vasta película que siempre cambia y nunca termina, la cual se llama Universo. También me distiendo al escuchar cuentos graciosos, siendo todo el tiempo consciente del humor que existe en el aspecto del alma, que es fuente de fuerza y gloria infinitas, a la que se la hace sentir tan indefensa en su humana esclavitud de la ignorancia que surge de sus diversas formas de la dualidad.
Permito que los vegetarianos sigan su dieta y que quienes no son vegetarianos coman carne, pescado, etc. Sin embargo, quienes están conmigo tienen, por norma, una dieta vegetariana de acuerdo con mis instrucciones, a menos que, de vez en cuando, yo ordene lo contrario. Una vez muy cada tanto les doy vino a mis amantes y les hago entender que no es el vino de uvas sino el vino del amor, el cual produce divina embriaguez, lo que propicia la unión con Dios.
No interfiero con ninguna religión y permito que todos sigan sus propios credos sin impedimentos. Cuando se las compara con el amor a Dios, las ceremonias externas no tienen valor. Automática y naturalmente, el amor a Dios tiene como resultado la abnegación, el control de la mente y la aniquilación del ego, independientemente de que los amantes sigan o renuncien a estas formas externas.
De vez en cuando doy “darshan” y “prasad” de amor a la gente, beneficiando a cada persona de acuerdo con su propia receptividad. Doy “updesh” (consejo espiritual) en forma de instrucciones a los que están estrechamente conectados conmigo. Los Maestros Perfectos pueden impartir conocimiento divino, conferir amor divino y derramar la gracia de la unión con Dios con una sola mirada, un solo contacto o un solo pensamiento divino.
Desde el principio sin principio hasta el día actual Yo Soy Lo Que Soy, independientemente de las alabanzas o la oposición universal, y seguiré siéndolo hasta el final sin final.39
El Avatar está conectado espiritualmente con todas las almas del Universo. El hecho de compartir la vida y el trabajo con los discípulos dilectos mientras el Avatar está en el cuerpo es sólo un microcosmos de conexiones que el Avatar tiene eternamente con toda la Creación. Cada alma tiene esa conexión, y los que desean avanzar espiritualmente con más rapidez son conscientes de esa conexión y procuran aprovecharla al máximo. El Avatar es un guía espiritual cuyas enseñanzas y vida proporcionan ayuda espiritual a los hombres y mujeres que la necesitan en sus vidas diarias durante los siglos venideros después de que Él muera:
Hay problemas, tanto individuales como nacionales y universales, que necesitan la guía espiritual de los Maestros Perfectos y de los Avatares. Una era tras otra, estos Dios-Hombres guían a la Humanidad mediante sus mensajes divinos. Incluso tras la ausencia de sus cuerpos físicos, estos mensajes son llevados a los más remotos rincones del mundo por sus discípulos, devotos y seguidores, quienes difunden la palabra del Amado incluso a costa de sus vidas.
Los Avatares y los Maestros Perfectos dan su guía y protección a la Humanidad y al mundo con sus maneras únicas e imperceptibles, las cuales se hallan más allá de lo que el intelecto humano puede captar. Los Maestros Perfectos son los verdaderos Salvadores del género humano y no solamente de unos pocos escogidos. Sólo el amor y la gracia de ellos pueden sostener el Universo.
Debido a los muchos Advenimientos Avatáricos que la historia registra, casi todas las personas en el mundo tienen acceso a las enseñanzas de al menos un Avatar. Las religiones que se desarrollaron después de cada una de las venidas de Avatares se esparcen hacia los diversos rincones del mundo. Baba nos dice que todos encarnamos en Oriente y Occidente como varón y mujer, rico y pobre, enfermo y sano, famoso y ordinario, etc. En el curso de estos millones de encarnaciones, cada uno tiene la oportunidad para practicar cada religión muchas veces, así como cada uno pasará vidas enteras sin practicar ninguna religión. Desde el punto de vista de Baba, la intolerancia respecto de la religión de otra persona es tanto patética como graciosa. Dios no pide a Sus seguidores que extingan las religiones que no sean las propias. Todas las religiones emanan del mismo Dios, todas las religiones Le pertenecen, y todas las religiones se proponen señalar el camino de regreso hacia Dios.
Dios estructura la Creación para proveer el sendero por el que cada alma regresa a Dios. “Todos los caminos conducen a Roma”. El avance espiritual ocurre con el auxilio y el apoyo del Avatar y lleva al individuo hacia el Avatar, aunque aquél no crea en Éste.
El Avatar debe usar la Creación, que él sostiene por el propósito de Dios, con el fin de acelerar al máximo el desarrollo y perfeccionar las múltiples contribuciones individuales de la consciencia. Cuando una gota de consciencia llega a la etapa humana, la fase constructiva se completó y el objetivo es ahora liberarla de las compulsiones impuestas por los patrones de hábitos sanskáricos. En verdad, sería una triste contribución para la infinita consciencia de Dios si cada pizca (de consciencia) estuviera aún atada pendiendo de nudos y cuerdas.
En la etapa humana de desarrollo, el juego es de liberación. Uno de los trabajos del Avatar consiste en idear el mejor esquema posible para liberar cada consciencia individual. Él no viene necesariamente para construir un nivel más alto de realización tecnológica o cultural. Pero, por otra parte, su trabajo no excluye este objetivo. Asimismo, a pesar de las periódicas caídas de todas las grandes civilizaciones, hay demasiadas pruebas que indican que todo el esquema social de nuestro planeta también está evolucionando lentamente.41
Las conexiones internas entre el Avatar y cada una de las almas de la Creación son demasiado complejas para comprenderlas. Lo que Dios quiere de nosotros no es una comprensión intelectual sino una vida que Le agrade.
Son pocos los que tienen la suerte de conocerme. Entonces, hagan una cosa: dejen totalmente en mis manos el hecho de pensar en comprenderme. Ámenme y obedézcanme; eso es todo.42
El estudiante espiritual avanza poniendo en práctica la guía del maestro. En una ocasión, Baba hizo este comentario después de escuchar un sermón del Arzobispo de Canterbury: “Aquellos en la iglesia hablan de Cristo nuestro Señor pero no lo siguen”.43 La mente de los orientales está más familiarizada que la de los occidentales con este concepto de la obediencia, debido a que en Oriente existe la tradición de gurúes y discípulos. Sin embargo, Occidente tiene sus paradigmas de obediencia: la buena disposición de Abraham para matar a Isaac por orden de Dios; la buena disposición de los discípulos de Jesús para seguirle; y los Diez Mandamientos.
Lo que tiene sentido es cómo uno vive; la mera comprensión intelectual no tiene sentido si no se la vive. Baba subrayó la primordial importancia de los pensamientos, palabras y acciones:
A través de la eternidad Yo he establecido principios y preceptos pero la Humanidad los ha ignorado. La inhabilidad del hombre para vivir de acuerdo con las palabras de Dios es una burla a las enseñanzas del Avatar. En lugar de practicar la compasión que Él enseñó, el hombre ha emprendido cruzadas en su nombre. En vez de vivir la humildad, la pureza y la verdad de sus palabras, el hombre se ha entregado al odio, a la avaricia y a la violencia.
Porque la Humanidad se ha hecho sorda a los principios y preceptos establecidos por Dios en el pasado, en mi presente forma avatárica Yo guardo silencio. Ustedes han pedido y se les han dado palabras suficientes, es tiempo ya de vivirlas.44
¿Qué quiere decir el Avatar con obediencia? La obediencia en la que los Avatares hacen hincapié se parece un poco a la de un soldado, pero difiere significativamente de la obediencia militar. Aunque el Avatar espera que sus instrucciones se cumplan estrictamente (como un oficial del ejército lo esperaría), la relación entre un maestro espiritual y un discípulo debe basarse en el amor. Baba amaba especialmente a San Francisco de Asís: “Si ustedes tienen el amor por mí que San Francisco tuvo por Jesús, entonces no solamente Me realizarán sino que también Me complacerán”.43 La obediencia es la clave para acercarse más al Avatar, ya sea que Él esté en el cuerpo o lo haya dejado (como ocurre entre los advenimientos):
No existe razón alguna para que se preocupen. Baba fue, Baba es y Baba será por siempre. El hecho de que las relaciones externas se corten no significa que los vínculos internos terminen. Fue solamente con el fin de crear la conexión interna que los contactos externos se han mantenido hasta ahora. Ha llegado el momento de estar unidos en la cadena de las conexiones internas. De ahí que el contacto externo ya no es necesario. Es posible crear el vínculo interno obedeciendo las órdenes de Baba. Les doy a todos ustedes mis bendiciones para que estos vínculos internos se fortalezcan.
Yo estoy siempre con ustedes y no estoy lejos de ustedes. Estuve, estoy y seguiré estando eternamente con ustedes, y es con el fin de promover esta comprensión que he cortado el contacto externo. Esto permitirá que todas las personas Realicen la Verdad uniéndose entre sí a través de vínculos internos.46