Conténtate con tu suerte, ya seas rico o pobre, feliz o miserable. Entiende que Dios lo ha designado para tu propio bien y resígnate a Su Voluntad.
Resígnate completamente a Mi Voluntad y Mi Voluntad será tuya.
A algunos les gusta el trabajo, a otros les gusta el juego, pero cuando lo haces por Mí, entonces es lo mismo; en pocas palabras, esto es Vedanta.
Yo quiero que te mantengas imperturbable e inmutable ante la fuerza de las corrientes de la vida, ya que cualquiera sean las circunstancias, ellas también serán de mi propia creación.
Si soportas tu suerte contento y con paciencia, aceptándola como Su voluntad, estás amando a Dios.