Mientras la mente humana no experimenta directamente a la Última Realidad tal y como es, la mente se desconcierta en cada intento por explicar el origen y el propósito de la creación. El antiguo pasado parece estar envuelto en un misterio insondable, y el futuro parece ser un libro completamente cerrado, sellado, imposible de leer. Al estar atrapada por el hechizo de Maya, la mente humana puede, en el mejor de los casos, efectuar brillantes conjeturas sobre el pasado y el futuro del universo. No puede llegar al conocimiento final sobre estos temas, ni permanecer satisfecha con su ignorancia sobre ellos. "¿De dónde?" y "¿Adónde?" son los dos interrogantes eternos y punzantes que generan una inquietud divina en la mente del ser humano.