Elizabeth Patterson preguntó a Baba:
¿Adónde vamos cuando nos dormimos?
¡A todas partes!, replicó. Están siempre en todas partes. Incluso ahora, aunque están plenamente conscientes, no son conscientes de que están en todas partes, porque la mente siempre tiene la tendencia natural a perder su identidad. ¿Esto está claro?
Elizabeth preguntó:
Entonces, ¿qué nos hace despertar?
Las impresiones, ellas te espolean, y te levantas. Ellas gritan: ¡Úsanos!. La mente siempre quiere irse; por eso, cuando duermes, siempre regresas y, cuando despiertas, te sientes renovada. Pero nuevamente, después de despertar, la mente quiere perder su identidad.
¿Qué son los sueños?, preguntó Elizabeth.
Los sueños son experiencias subconscientes que se vinculan siempre con tu experiencia física del pasado. A veces ves en tus sueños a personas a quienes nunca viste en esta vida. Este vínculo es del pasado. Todo se basa en la ilusión y la imaginación.
Elizabeth dijo: Entonces, ¿cómo es que, cuando yo tenía doce años soñé contigo en tres ocasiones diferentes, y la primera vez que te vi te reconocí como el que yo había conocido en sueños? Eso no es ilusión.
Lo que quiero decir, replicó Baba, es que todas las cosas son ilusión, con excepción de tu ser infinito. Yo soy muy antiguo. Muy, muy viejo y siempre joven.
Entonces Norina preguntó: ¿Qué es la imaginación?
¡Imaginación es lo que tú quieres ser y no eres!, replicó Baba.
Al día siguiente, 19 de enero, Baba tradujo unos versos del Maestro Perfecto Kabir:
Uno no puede empezar a correr a toda velocidad;
debe cobrar impulso
y acelerar poco a poco.
Si uno ha de teñirse con un color espiritual,
debe hacerlo poco a poco.
El color tarda en penetrar;
para volverse profundo y rico
debe ser aplicado poco a poco.
La mente que ha estado durmiendo
el sueño de la ignorancia durante eras
sólo puede ser despertada gradualmente al Conocimiento.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher VI.