Antes de irse de Mahabaleshwar, Baba había dictado doce mensajes para el público, que también fueron enviados de antemano a Hamirpur y Andhra para que los tradujeran al hindi y al telegu. Mientras dictaba el siguiente mensaje, titulado “Amor sin adulteraciones”, había hecho este comentario: “El fuego del amor puro disolverá la confusión de esta era. He aquí mi principal mensaje”.
Como se lo entiende de manera general y corriente, el amor es tan sólo un apego que implica pensamientos y motivaciones egoístas.
El amor puro, verdadero y sin adulteraciones ni siquiera posee un vestigio de lujuria. La lujuria que implique sexualidad, poder, renombre, fama o comodidades personales mancha la pureza del amor.
El amor puro y verdadero también tiene sus etapas, la más elevada de las cuales es la gracia de Dios para amarlo. Cuando uno ama verdaderamente a Dios, anhela estar unido con Él y este anhelo supremo se basa en entregar al Amado todo nuestro ser.
Cuando uno ama a un Maestro Perfecto, anhela servirle, entregarse a su voluntad y obedecerlo incondicionalmente. De manera que el amor puro y verdadero anhela dar sin pedir nada a cambio.
Aunque uno ame verdaderamente a la humanidad, anhela entregarse totalmente para que aquella sea feliz. Cuando uno ama su país, existe el anhelo de sacrificar la vida misma sin buscar recompensas ni pensar para nada en haber amado o servido. Cuando uno ama verdaderamente a sus amigos, no anhela ayudarlos sin hacerlos sentir en deuda para nada. Cuando uno ama verdaderamente a sus enemigos, anhela convertirlos en amigos. El verdadero amor hacia los padres o la familia de uno hace que anhelemos darles todas las comodidades a costa de las nuestras.
Pensar en uno mismo está siempre ausente en los diferentes actos de amor conectados con las diversas etapas del amor puro y verdadero; el solo hecho de pensar en uno mismo sería un amor adulterado.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher XII.