Baba se incorporó e hizo con sus manos una reverencia a los allí reunidos. Volvió a tomar asiento y continuó:
Quiero que todos ustedes escuchen pacientemente lo que tengo que decir y declarar, y lo que he decidido. Antes que haga una aclaración sobre mi Vida Ardiente, les explicaré la posición de devoto que hoy he adoptado.
En un devoto común y corriente hay apegos de toda índole. Los deseos y la dualidad persisten porque la ignorancia es el factor que predomina, y la virtud y el pecado, y lo bueno y lo malo, adquieren sentido a causa de esa ignorancia. Las preocupaciones, dudas, contratiempos y aflicciones son productos de esa ignorancia. En la ignorancia tienen sentido el nacimiento y la muerte, los cuales son superfluos para un Dnyani (Conocedor). Por lo tanto, para un devoto, lo bueno, lo malo y toda forma de dualidad existen hasta que llegada del Dnyan.
De modo que hoy estoy adoptando la posición de un devoto común y corriente que busca que Dios le perdone sus errores.
Después de explicar esto, Baba pidió a Donkin que leyera por él la siguiente declaración en inglés. Las traducciones fueron mecanografiadas y leídas en voz alta por el doctor Deshmukh en marathi y por Keshav Nigam en hindi:
Dentro de unos pocos instantes voy a arrepentirme ante Dios y pedirle que perdone mis pecados y, también, los pecados de todos los que están conectados conmigo.
Debido a que me incluiré en este arrepentimiento y este ruego, es importante que ustedes sepan que, por el momento, yo asumiré la posición de un devoto común y corriente: como aquel cuya devoción y anhelo de Unión con Dios fueron debilitados y corrompidos por malos pensamientos, malos sentimientos, malas palabras y malas acciones.
Sé que solamente Dios existe, y de la misma manera, también sé que lo bueno y lo malo son meros aspectos o manifestaciones de Dios Mismo.
Para el hombre común e incluso para el devoto común, este conocimiento sobre la verdadera naturaleza de lo bueno y lo malo es sólo fruto de la fe o de la razón. Por lo tanto, es conocimiento teórico, que no es real, y no lo libera de la ley del karma: la ley que basa en la Voluntad de Dios y se extiende por toda la eternidad.
Sin embargo, debido a que el Dnyani conoce la Verdad por real experiencia, está totalmente libre de ataduras y, por lo tanto, sabe que, como Dnyani, está exento de la ley de karma. Puesto que conoce la naturaleza de lo bueno y lo malo, también sabe que nadie puede ser culpado por lo que piense, sienta, diga o haga. Y el Dnyani sabe también que las secuelas de lo bueno y lo malo, como por ejemplo, de los cielos y el infierno, y de morir, nacer y renacer, son resultados de la Voluntad de Dios, la cual opera mediante la ley kármica y, asimismo, que todo aquello existe solamente porque la ignorancia lo hace existir. Entonces el Dnyani, que frecuentemente puede interceder ante Dios por sus devotos y por la humanidad en general, nunca se arrepiente ante Dios y nunca pide perdón por nada que se relacione con él mismo.
También por especial designio de Dios, el devoto del tipo más elevado de todos, cuyo ser total se concentra de manera permanente en la Divinidad Amada, se halla exento tan completamente de la ley de karma como el Dnyani. Sin embargo, a diferencia del Dnyani, este devoto ignora totalmente esta exención. Pero el devoto común y corriente, independientemente de cuán sincera sea su devoción, sigue atado por la ley de karma, de modo que su mejor modo de proceder consiste en aplicar esta ley para su propio beneficio espiritual practicando constantemente la virtud y absteniéndose constantemente del mal. Y cuando falle en la virtud o incurra en pecados, deberá entregarse a la ilimitada misericordia de Dios y pedir Su perdón.
La Plegaria del Arrepentimiento pidiendo perdón será ahora recitada para mí, para ustedes y para todos los que están en contacto conmigo. Tal vez algunos de ustedes, o muchos de ustedes, no estén atados por deseos y apegos, pero hoy aquí, puesto que me encuentro en el estado de devoto, me gustaría que todos ustedes se unieran conmigo y me animaran a pedir el perdón de Dios.
Baba se puso de pie y pidió a las siguientes personas que cada una repitiera siete veces, en voz alta, los siguientes Nombres de Dios, tal como lo habían hecho anteriormente. También pidió a los allí reunidos que se pusieran de pie y repitieran con ellos, mentalmente y de todo corazón: Nilu: ¡Om Parabrahma Paramatma!; Padri: ¡Ya yezdan!; Baidul: ¡La Ilah Illallah!; y Eruch: ¡Padre nuestro que estás en los Cielos!
Después de invocar a Dios repitiendo Sus Nombres, Baba pidió a Donkin que leyera La Plegaria del Arrepentimiento en inglés:
Oh Dios sumamente Misericordioso, nos arrepentimos de todos nuestros pecados,
de todo pensamiento falso, injusto o impuro,
de toda palabra pronunciada que no debió ser pronunciada,
y de todo acto que no debió haber sido realizado.
Nos arrepentimos de todo acto, palabra
y pensamiento inspirados por el egoísmo,
y de todo acto, palabra y pensamiento inspirados por el odio.
Nos arrepentimos muy especialmente de todo pensamiento lujurioso
y de toda acción lujuriosa, de toda mentira, de toda hipocresía,
de toda promesa no cumplida,
y de toda calumnia y maledicencia.
Asimismo, nos arrepentimos muy especialmente de toda acción que haya producido la ruina de los demás, de toda palabra y acto que hayan causado dolor a los demás. y de todo deseo de que los demás sufran.
Te pedimos, ¡oh, Dios! que, por Tu Ilimitada Misericordia, nos perdones
todos estos pecados que cometimos,
y nos perdones nuestros constantes fracasos en pensar,
hablar y actuar de acuerdo con Tu Voluntad.
Baba había dictado esta plegaria exactamente un año antes, en noviembre de 1951, en Khuldabad, pero la recitaron en voz alta ese día por primera vez. Mientras la recitaban, Baba se palmeaba las mejillas –un gesto que, en India, significa pedir perdón, prometiendo no repetir jamás determinado acto. Todos se sentaron al terminar la lectura de la plegaria en diferentes idiomas, y Baba declaró:
Antes de explicar mi Vida Ardiente, debo decir que estos apegos y este pedido de perdón por ellos no existen para un Dnyani y amante [de Dios]. Para un Dnyani no existe nada más que Dios. Para él todos los seres son Dios y todas las cosas son Dios, no sólo por convicción intelectual sino también por convicción continua y eterna, y por experiencias, desde el Principio Sin Principio hasta el Final Sin Término, de que él –y solamente él– ES.
Mi mensaje para el mundo, que ha sido el mismo a lo largo de toda la eternidad, es el amor. Este amor tiene dos aspectos, y ambos aspectos son reales. Cualquier otro apego que por ignorancia llamamos amor, es nada más que maya.
El amor a Dios Personal o Impersonal, deseando intensamente realizar la unidad con el Amado, es un aspecto del amor real. El amante [de Dios] se olvida de todas las cosas y de todos los seres, y se aniquila en el fuego del Amor Divino.
En el segundo aspecto, la persona ama a la humanidad en general, como parte y partícula de Dios. En este caso, el amante [de Dios] se olvida de sus intereses personales, renuncia a su propia felicidad, y trata de hacer que los demás sean felices y se eleven. Si este amor culmina, también en este caso, como ocurre con el amante de la Divinidad, el amante de la humanidad se olvida completamente de sí mismo y se sume en el amor, nada más que en el amor.
— Bhau Kalchuri, Lord Meher XI.