Baba pidió perdón a Dios por no haber sido capaz de vivir como él quería la Nueva Vida adoptada el 16 de octubre de 1949. Personalmente perdonó a todos los compañeros de la Nueva Vida por no haber sido capaces de vivir, como él quería, de conformidad con las condiciones de la Nueva Vida y, a la vez, pidió a los compañeros que lo perdonaron, y ellos así lo hicieron.

Entonces Donkin leyó el Sermón de Baba:

Estando en este preciso instante y durante estas pocas horas en la Vieja Vida, les diré los que creo que son hechos divinos concretos:

       Esencialmente, todos somos Uno. El hecho de que alguien crea que somos de otra manera se debe a la ignorancia. El alma desea la consciencia para conocerse a sí misma, pero en su avance hacia Dios, lo cual no puede concretarse independientemente de la Creación, debe experimentar lo que ella recoja como ego individualizado, el cual es imaginación total. Así es cómo, desde el principio, se enfrenta con la ignorancia en lugar de hacerlo con el Conocimiento.

La dualidad existente entre las formas y las creaciones ilusorias son resultado de la ignorancia: nacimiento y muerte, felicidad y sufrimiento, virtud y pecado, bien y mal –todos estos son, por igual, la manifestación de esta misma ignorancia. Ustedes nunca nacieron y no morirán jamás; nunca sufrieron y no sufrirán jamás; existieron siempre y existirán eternamente, pues la separación existe solamente en la imaginación.

El alma experimenta innumerables formas, como por ejemplo, la de rey y pordiosero, rico y pobre, alto y bajo, fuerte y débil, y bello y feo, y la de matar y ser muerto. Todas estas experiencias deben tener lugar mientras el Alma –aunque en realidad es Una e indivisa– se imagina ella misma separada. Cuando el Alma se despoja de las “impresiones“ de estas experiencias ilusorias, queda desnuda como en su origen y entonces llega a ser plenamente consciente de su Unidad con la Superalma que es Una, Indivisible, Real e Infinita.

El Alma se libera, mediante diversos senderos, de las “impresiones” que la atan. Y el Amor es el más importante de estos senderos que conducen hacia la Realización de Dios. Mediante este amor, el Alma se absorbe enteramente en Dios hasta que, en última instancia, se olvida completamente de sí misma. Es entonces cuando, repentinamente, el Conocimiento llega con la rapidez de un relámpago y reduce a cenizas todo aquello sobre lo cual se abate. Este Conocimiento erradica las ilusiones, dudas y vacilaciones, y los sufrimientos aparentes son reemplazados en un instante por la paz perenne y la dicha eterna, y esta es la Meta de toda la existencia. Ahora el Alma está libre de sus ilusiones y realiza su original Unidad del Ser.

        No esperemos porque este Conocimiento se halla más allá de lo que esperemos o queramos. No razonemos porque este Conocimiento es incomprensible e impensable. No dudemos porque este Conocimiento es certeza de certezas. No vivamos la vida de los sentidos porque la mente lujuriosa, codiciosa, falsa e impura no puede llegar a este Conocimiento. Amemos a Dios como Alma de nuestras almas, pues en la cima de este Amor se halla este Conocimiento. Los Seres Divinamente Perfectos pueden otorgar este Conocimiento a cualquier persona que ellos gusten, y dondequiera que gusten. 

        Ojalá que todos ganemos pronto este Conocimiento.

Baba distribuyó personalmente una copia del Sermón a cada uno de los presentes, pidió a todos que leyeran muy cuidadosamente su contenido y, si alguien no podía entenderlo que le devolviera la copia sin dilación. Todos se quedaron con sus copias.

— Bhau Kalchuri, Lord Meher X.