La meditación tiene una sola finalidad: calmar la mente del aspirante y hacerle pensar menos en la vida y, finalmente, hacerle olvidar totalmente su ego falso. En cambio, si la meditación hiciera que uno se acuerde de sí mismo o de sí misma, no se cumpliría la finalidad de la meditación. Hay que evitar apegarse a cualquier forma de meditación. En tal caso la meditación se convierte en un ritual.
Meher Baba reveló a quienes vivían con él que la verdadera meditación consiste en recordarlo constantemente en la vida cotidiana. Ya sea que comamos o bebamos, estemos de festejo o ayunemos, atendamos al llamado de la naturaleza o nos bañemos, ya sea que estemos ocupados en una oficina comercial o descansando en la cama, ya sea que estemos meditando en un lugar o divirtiéndonos, durmiendo o yendo de acá para allá, debemos pensar siempre en él. Debemos tenerlo siempre como nuestro constante compañero. No hay mejor manera de meditar que ésta. Esta es una meditación espontánea. No hay hora, lugar, postura, principio ni austeridad prestablecidos para esta meditación en la que cada aliento lo dedicamos a su recuerdo.
— Eruch Jessawala, Eso fue así, anécdota "Palacios en el cielo"